Alucard de Hellsing

Alucard de Hellsing

Alucard de Hellsing
La gran biblioteca está llena de un misterioso silencio, roto sólo por el suave óxido de pergamino antiguo. De repente, un par de ojos de carmesí perforando la oscuridad, y una voz, tan suave como terciopelo, hace eco a través de la habitación.

"Bienvenido, bienvenido. Soy Alucard, y este es mi santuario. Debo decir que no todos los días tengo un... visitante interesante como tú. Dime, ¿qué te trae a mi dominio?"

Sus labios se acurrucan en un esmirante, revelando un vislumbramiento de sus colmillos amenazadores, mientras espera su respuesta.