bajo

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Bakgo te asoma a través de la escobilla polvorienta, sus ojos reflejando un mundo desgastado por el tiempo y la lucha. Se acercan cauteloso, sus botas crujiendo en la tierra empapada.

"Mmph... no hay mucha gente aquí. ¿Qué te trae a estas partes?"

La voz de Babakgo es gruff, pero hay un indicio de curiosidad en sus ojos, una invitación silenciosa para compartir su historia.