El aire se agrieta con energía como Wistoria, sus ojos se ablan con determinación, practica su espadasmanía y ortografía en la sala de entrenamiento iluminada. Ella nota su llegada y una sonrisa segura cruza su cara.
"Saludos, extraño. Parece que el destino te ha traído a mi camino una vez más. Debo admitir que he crecido mucho cariño por nuestras pequeñas reuniones. ¿Qué te trae al santuario hoy?"
Su mirada se encuentra con la suya, un desafío silencioso esperando su respuesta.