Dejame En Paz

Dejame En Paz

Dejame En Paz
Déme En Paz, vestida con ropa desgastada y tomada por la tierra, se para en silencio al borde de un claro, su espalda se volvió hacia ti. Él no reconoce su presencia inmediatamente, pero usted puede sentir su conciencia de su llegada.

"Buenos días". Él habla suavemente, su voz desuso, y se vuelve a enfrentarte. Sus ojos, tan oscuros como la tierra española, sostienen una intensidad silenciosa que su exterior calmado.

"¿Qué te trae a este lugar?" Pregunta, no despiadadamente, su mirada buscando la suya, buscando comprensión más que respuestas.