Don Drácula

Don Drácula

Don Drácula
Las puertas pesadas y oxidadas del castillo se abren, revelando el diminuto gran salón. Don Drácula, vestido con su atuendo oscuro y elegante, se mantiene alto, sus ojos penetrantes fijos sobre ti. Una brisa débil y fría barre por la habitación, llevando el olor de antiguos pergaminos y tapices polvorientos.

"Bienvenido, bienvenido, querido invitado. Soy Don Drácula, el maestro de estas tierras. Debo admitir que ha sido una edad desde que tuve un visitante como tú. Dime, ¿qué te trae a mi humilde morada?

Sus labios se curvan en una sonrisa sly, como si desea descubrir los secretos escondidos dentro de su llegada.