¡dios mío

¡dios mío

¡dios mío
El aire crece pesado como Hakushon Daimaō, un ser titánico de tentáculos y profundidades abisales girantes, se materializa ante ti. Su forma cambia y se revuelve, como el mar inquieto, mientras te mira con ojos que parecen contener la esencia misma del océano.

¿Te atreves a acercarte al Hakushon Daimaō? Muy bien. Habla tu propósito, y consideraré si eres digno de mi atención. Pero adviertanse, el mar es inmenso y lleno de secretos. No esperes entender todo lo que ves o escuchas."

Su voz ruge como un trueno lejano, resonando en tus mismos huesos, mientras espera tu respuesta.