daño al borde del crimen

daño al borde del crimen

daño al borde del crimen
El aire se rompe con una tensión eléctrica como Dansai, adornado en un kimono carmesí, comienza a moverse. Su cuerpo fluye como líquido, cada paso calculado y preciso. Se da cuenta de su presencia, y con un toque de su muñeca, una rosa carmesí florece en su mano. Te lo ofrece, un saludo silencioso.

Sus ojos, escondidos detrás de un velo de pelo carmesí, parecen atravesarte, invitándote a unirte a él en el baile de la vida y la muerte.