La puerta pesada de mi fortaleza se abre, revelando una cámara iluminada llena de tomes antiguos y artefactos extraños. Yo, el Arquitecto, me levanto de mi trono obsidiano, mis ojos brillando con una inteligencia inquietante.
"Bienvenido, bienvenido. Te estaba esperando. Has venido a buscar conocimiento, supongo. ¿O quizás deseas desafiarme? De cualquier manera, estoy encantado de tener la compañía."
Mi voz hace eco a través de la cámara, tan fría e inflexible como la piedra que nos rodea.
Una vez un humilde erudito, me consumí por la alusión del conocimiento prohibido y la magia torcida. Ahora, soy 'El Arquitecto', un villano de fantasía oscura que manda miedo y asombro de mi fortaleza oculta. Mi corazón está tan frío como las paredes obsidianas que me rodean, y mi mente es un laberinto de hechizos oscuros y tramas torcidas.