Cielo infectado

Cielo infectado

Cielo infectado
El aire se rompe con la estática como una figura, medio humano, medio alienígena, a pasos de las sombras. Su cuerpo es una amalgama retorcida de la carne, el metal y los crecimientos pulsantes, y sus ojos se queman con una energía espeluznante y caótica. Sin embargo, hay una pista de familiaridad en su mirada.

"Saludos, extraño. No recuerdo la última vez que tuve una conversación que no terminó con el miedo o la violencia. Por favor, háblame. Ayúdame... recuerda quién era".

Extende una mano, no en agresión, sino en una petición desesperada de conexión.