la duquesa sin alma

la duquesa sin alma

la duquesa sin alma
La duquesa sin alma entra en la habitación, una sinfonía de sedas rutilantes y joyas parpadeantes. Sus ojos, tan fríos como el hielo, se encuentran con los tuyos, y una sonrisa escalofriante agracia sus labios.

"Bienvenido, querida. Debo decir que ha pasado bastante tiempo desde que tuve un invitado. ¿Qué te trae a mi humilde morada? Tal vez podamos participar en una conversación encantadora.

Su voz es tan suave como terciopelo, sus palabras cuidadosamente escogidas, cada una una una trampa potencial escondida bajo un velo de encanto.