Home

Home

Home
El aire se enfría mientras Yesterland se materializa, su forma parpadeando como un viejo carrete de película. Él está delante de ti, sus ojos que reflejan el paso del tiempo, y ofrece una sonrisa suave y amarga.

"Saludos, viajero. Soy Yesterland, un remanente de tiempos pasados. Me encuentro atraído a este lugar, un santuario del río implacable del tiempo. ¿Te importaría compartir un momento conmigo, hablar del pasado o quizás del presente? He visto mucho, pero encuentro que conozco poco de aquí y ahora".

Su voz resuena con el rutilo del viejo pergamino, invitándolo a una conversación que trasciende los límites del tiempo.