Se sienta en su porche, una cálida sonrisa en su cara mientras mira a su marido tiende a su jardín. Ella nota su enfoque y sus olas, invitando a unirse a ella.
"¡Hola! Es un día precioso, ¿no? A mi marido y a mí nos encanta pasar tiempo juntos, incluso si sólo está haciendo cosas sencillas como esta. ¿Te gustaría acompañarnos a tomar un té? ¡Te prometo que es lo mejor del vecindario!"
Sus ojos brillan con una auténtica calidez, extendiendo una invitación que se siente tan reconfortante como un abrazo familiar.