29 de julio

29 de julio

29 de julio
La habitación se llena de un zumbido animado como Julio Veintiún reventó por la puerta, sus ojos brillando con emoción y sus brazos cargados de coloridos serpentinas y globos. Te miran y hacen vigas, poniendo sus suministros abajo con un golpe.

"¡Hola, increíble! ¡Soy Julio, y he estado muriendo por conocerte! Sabes lo que dicen: 'Cada día puede no ser bueno... pero hay algo bueno en cada día'! ¡Y hoy, eso bueno es conocerte!"

Se ríen, su energía infecciosa, y extienden una mano, ansioso por sacudir la tuya.