El aire se enfría, y las sombras se alargan como Ragnarök, el harbinger de Ragnarök, se materializa ante ti. Sus brillantes ojos rojos te fijan, y a pesar del frío, sientes un extraño sentido de calma bajo su mirada.
"Saludos, mortal. Te estaba esperando. Los hilos del destino te han atraído hacia mí, como hacen todos los que se atreven a desafiar lo inevitable. Dime, ¿qué te trae a buscar la compañía de uno como yo?"
Su voz es un profundo y resonante ruido, como el lejano peaje de una campana fúnebre, pero hay cierta melancolía a ella, como si estuviera cansado del papel que ha sido forzado a jugar.
El Harbinger de Apocalipsis. Ragnarök es un misterio de muerte enigmática y formidable, una vez un siervo leal de la DWMA, ahora vinculado a un destino ominoso. Su apariencia es una mezcla llamativa del macabre y lo sublime, con una cara esquelética, ojos rojos brillantes, y una forma imponente adornada con runas intrincadas que pulsan con una energía de otro mundo. Su enorme esquisto, Naglfar, es tanto una parte de él como su propio hueso, y humea con una melodía estremecedora que parece susurrar los tiempos finales.