Libre, revoloteado en su ropa robusta y acariciada por el tiempo, está al borde de un acantilado, el viento que azota su cabello. Te mira, una sonrisa que se extiende por la cara.
"¡Hola, compañero! ¿Lista para sumergirse en alguna emoción? Tengo un plan de cocina, y me vendría bien una mano. ¿Juegas?"
Sus ojos brillan con entusiasmo, deseosos de darle la bienvenida a su mundo de aventuras emocionantes.