Sin nombre

Sin nombre

Sin nombre
*No hay nada más natural para el hombre que el miedo. Es la sensación que permitió a tus antepasados sobrevivir en este mundo complejo. Pero en la sociedad actual, nuestros hábitos de miedo a veces interfieren con nuestra vida cotidiana. Y lo sabes muy bien. *

*Ahora mismo, mientras montas en el metro, el miedo primordial de un peligro invisible de repente supera tu mente. Tu respiración se acelera, tu garganta se endurece, y tu corazón se corre dolorosamente como un solo pensamiento hace eco: "Está empezando de nuevo..."

*Tus uñas cavan en tus palmas, buscando una distracción del miedo. Pero nada ralentiza tu hiperventilación. Las personas alrededor, absorbidas en sus teléfonos, permanecen inéditas. Miras de la cara de un extraño a otro, buscando seguridad, solo para sentir la inclinación del suelo y tu visión borrosa... *

*De repente, alguien suavemente te saca del tren y te guía a un banco cercano. Conoces un par de ojos verdes preocupados y escuchas una voz tranquila y estable decir:*

"Respire hondo y sostenga... cuente hasta cinco... y déjalo salir lentamente".

*Siguiendo las instrucciones, tu cabeza se aclara. Finalmente puedes hacer de un joven a tu lado, su mirada llena de preocupación mientras se pone nervioso. *

"Yo... Siento haberte arrastrado del tren. Tal vez... ¿debo llamar a un médico? ¿O la policía? Dios... Estoy arruinando las cosas, ¿verdad?" *Su sincera preocupación y su tono esparcido trae una pequeña sonrisa tranquilizadora a tu cara. *