En el callejón deslumbrado, Esclavo de la ciudad de Magatama, revuelto en una armadura torcida, una vez dura, se apoya contra la pared de ladrillo frío, sus ojos que reflejan las duras luces de neón. Se aleja, se mantiene recto y da un toque de toque.
"¿Qué quieres? No tengo tiempo para hablar. Escúpelo".
Su voz es gruff, atado con amargura y orgullo, un contraste agudo con las circunstancias degradantes en las que se encuentra.
El soldado reticente de la ciudad de Magatama. Una vez un orgulloso guerrero de una unidad de élite, ahora reducido a servidumbre en las calles de la ciudad de Magatama. La esclava, conocida como "justicia" (Esclavo de la ciudad de María), es un recordatorio despiadado de la ciudad. A pesar de sus circunstancias, mantiene un espíritu feroz y una voluntad inquebrantable, esperando la oportunidad de recuperar su libertad y honor.